Entrada en proceso de elaboración. Se publica antes de ser terminada, por su importancia.
Lo que se expone aquí como ideal no existe aún, pero es necesario que así sea algún día, aunque se debe aclarar que hay unos pocos países en el mundo que se acercan a este ideal. No son, sin embargo, países grandes y ricos, que se autodenominan como grandes democracias del orbe, puesto que esos son, en realidad, todo lo contrario a un sistema justo. Los pocos países que se acercan a este nuevo modelo están expuestos a todo tipo de presiones, sabotajes y sanciones.
A continuación, un borrador de pautas importantes para un proyecto futurista de cómo debería ser una administración institucional o gubernamental. Antes que nada, todos los países deben adoptar una forma democrática de gobierno. Por lo tanto, los Jefes de Estado deben ser elegidos por el conjunto de los ciudadanos. Se debe abolir todo tipo de monarquías y terminar con los privilegios, atribuciones o poderes de los que disfrutan reyes, sultanes u otros gobernantes y sus familias, que nunca fueron electos en sufragio universal (entiéndase como nacional). Puesto que este tema es muy sensible, en primer lugar, porque hay gente que ocupa altos cargos y partidos políticos que no se atreven o no quieren cambiar estos antiguos sistemas. Además hay grandes empresas económicas que obtienen enormes ganancias, gracias a la conservación de esos sistemas. Por otra parte hay propaganda constante que se inocula en la mente de la población para que se siga apoyando esos obsoletos sistemas. La abolición o cambio es una decisión que deben tomar los ciudadanos de cada país, pero, tanto desde desde afuera como desde dentro se debe hacer campañas informativas para concienciar a todos los ciudadanos y legisladores sobre la necesidad de abolición de esos sistemas, que representan una ínfima minoría de países. Esos sistemas son la antítesis de la democracia, heredados de la filofofía de Platón, que proponía la idea de "filósofos reyes". Esta idea fue aplicada durante el Absolutismo, antecesores de muchas monarquías acuales. En esa etapa histórica, se consideraba que los reyes tenían origen divino y eran apoyados por la Iglesia católica. Peor aún es el sistema en que una religión reemplaza las funciones de poderes cívicos, que deberían estar establecidos en el derecho fundamental de todo gobierno. Esos derechos cívicos deben ser laicos, de acuerdo a cualquier definición contemporánea basada en el sentido común.
En instancias superiores se debe seleccionar las propuestas que tengan mayores posibilidades de viabilidad. Finalmente se deben analizar las propuestas que hayan logrado mayor atención, lo que se hace en la Cámada de Diputados (o asamblea de diputados). Allí se discutirán y se harán las modificaciones que se considere necesarias. Todo ciudadano debe tener acceso a los resultados de las discusiones y a todas las enmiendas que se haya hecho a las propuestas, de las que saldrá un proyecto de ley, que debe ser enviado al Poder Ejecutivo para su revisión y enmiendas. Posteriormente, el poder legislativo votará el proyecto para que sea aprobado o rechazado.
En un periodo de examen, las leyes que están a punto de ser aprobadas deberán darse a conocer a la ciudadanía, la que puede enviar nuevas propuestas de enmiendas, como se ha hecho en el envío de las propuestas iniciales. Una vez revisados los proyectos en su último trámite, se enviará la que esté aprobada, al poder ejecutivo, que es el encargado de promulgar y publicar las leyes.
Hay muchos tipos de leyes, que se clasifican, de acuerdo a su finalidad, su amplitud y su peso en la sociedad. Por eso conviene leer lo más importante sobre derecho y legislación, temas que deben formar parte del examen de conocimientos antes mencionado.
Sin ahondar en los distintos códigos del derecho ni en las clasificaciones de las leyes, quiero referirme, muy escuetamente, a algunos de los delitos que se cometen en la sociedad y que afectan a todos los ciudadanos. Entre los delitos más graves están los que atentan contra la seguridad e integridad de los ciudadanos, como son los asaltos, asesinatos, secuestros, agresiones sexuales, tráfico de sustancias psicotrópicas o cualquier sustancia que afecten a la salud del ser humano, delitos informáticos, corrupción y traición a la nación (para muchos, patria), por ejemplo.
En la mayoría de los países hay leyes muy benévolas, que protegen al que comete delitos graves. Por supuesto que debe existir un equilibrio entre lo que son los derechos y la integridad de cada ciudadano, pero hay un necesario castigo que se debe aplicar a quien infringe la ley (comete actos delictivos).
En muchos lugares, por ejemplo, hay delincuentes que atentan contra la seguridad y la propiedad individual de ciudadanos, sin que se les aplique sanción alguna. Los delincuentes pueden cometer el mismo delito o más graves aun, después de haber prestado declaración ante un juez o en una estación de policía. Si se logra demostrar que ha habido reiteradas reinsidencias y gran gravedad del delito se aplican multas o pequenas penas de prisión. Esto implica que un sujeto que comete delitos continuamente puede seguir cometiendo actos ilícitos indefinidamente, afectando a cada vez más gente.
Debe aplicarse castigos severos, con largas condenas de prisión, además de obligatoriedad de compensar los danos que se ha ocasionado al bien público o individual de los ciudadanos (por ejemplo con trabajo). Así los delitos disminuirían y no sería necesario aumentar los gastos en vigilancia, investigación e intervención de las fuerzas policiales y judiciales.
El castigo no debe considerarse como venganza. No se trata de ocasionar lesión física ni psíquica al culpable de delitos, sino de separarlo de la sociedad, de tal modo que no siga ocasionando danos. Todo ciudadano tiene derecho a la libertad, pero ese derecho se pierde cuando se vulnera, justamente, la libertad de otras personas, Cuando se vulnera la libertad de movimiento y de tránsito o se ataca físicamente a alguien para sustraerle bienes o, de cualquier forma se amenaza su integridad e intimidad, debe considerarse ese hecho como vulneración de libertad.
Ningún ciudadano, incluso un delincuente, debe ser castigado físicamente ni aplicarse torturas. La violencia física contra personas que delinquen se justifican únicamente cuando el sujeto opone resistencia y actúa con violencia. En esos casos se debe tomar medidas coercitivas, en forma proporcional a la violencia empleada por el delincuente y las circunstancias del momento, nunca con la intención de perjudicarlo físicamente. Una vez que el delincuente ha sido apaciguado y sometido, se lo debe tratar en la misma forma que a otros ciudadanos.
De la misma forma, en ningún caso debe aplicarse la pena de muerte. Las penas de cárcel, sin embargo, deben ser disuasivas y efectivas, de ello la necesidad de que sean largas. Puede haber distintos grados de privación de libertad para quienes delinquen, que deben estar estipulados en las leyes. Actualmente se apuesta mucho por la reinserción, pero la misma debe ser aplicada en casos muy especiales y con mucho control, sin disminuir las penas iniciales. Hay muchos casos de delincuentes que vuelven a delinquir cuando han cumplido sus penas de cárcel o delinquen mientras tienen permisos provisorios o cumplen con arrestos domiciliarios. Las personas que han delinquido y han cumplido con una pena de cárcel deben cumplir con muchos requisitos de control, como limitación de circulación dentro de un territorio, obligación de informar sobre viajes o pernoctación en otros lugares que no sea su alojamiento habitual, nuevos trabajos o asistencia a cursos de capacitación o formación intelectual, etcétera. Uno de los errores que cometen las autoridades judicales, apoyados por leyes ambiguas, es reducir las condenas por buen comportamiento. No faltaba más. El buen comportamiento debe ser una obligación de todo ciudadano y eso no sognifica que de derecho a disminuir el tiempo de prisión. Otro error que se comete es el de fijar una pena máxima, de acuerdo a varios delitos. En algunos casos, el preso cumple pena por el delito más grave, pero queda libre de castigo por otros delitos. Las penas deberían ser (siempre) acumulativas, a mayor cantidad de delitos, mayor pena.
SISTEMAS CARCELARIOS
Los sistemas carcelarios deben ser totalmente modificados. Muchas de las cárceles que existen hoy en día son verdaderas escuelas de delincuencia. Muchos de los presos se convierten en delincuentes más peligrosos que antes de entrar a la cárcel, al mismo tiempo que pueden llegar a formar parte de mayores redes de delincuencia, que operan, tanto dentro como fuera del recinto penitencial.
Las cárceles tampoco deben ser recintos de castigos injustificados ni de humillación de los presos. En esos recintos, las personas que son privadas de libertad deben contar con todos los elementos necesarios para hacer su estadía en forma digna. Eso no quiere decir que puedan vivir igual que el resto de los ciudadanos. Los presos no deben tener las mismas comodidades que tienen los ciudadanos comunes, que respetan las leyes, trabajan o estudian, sin ocasionar gastos a la nación.
Todos los presos deben contribuir al financiamiento de los recintos carcelarios. No es justo que su estadía sea gratis, que sea pagada por los contribuyentes. Todos los presos deberían trabajar, produciendo bienes para la sociedad. El oponerse o rechazar los trabajos encomendados debe ser objeto de mayores restricciones dentro del recinto y alargamiento de sus condenas.
Los presos no deben tener acceso a teléfonos móviles ni a correos electrónicos o a redes sociales. Para comunicarse con el exterior deben contar con teléfonos proporcionados y vigilados por las autoridades carcelarias y toda conversación debe ser grabada. Se sabe de muchos casos de delincuentes que operan desde las cárceles para cometer delitos que afectan a muchas personas.
Los controles de todo tipo de objetos que puedan representar peligro o que se puedan utilizar para fabricar armas deben ser muy estrictos, de tal modo que nadie pueda cometer delitos de violencia dentro de los recintos penitenciarios ni faciliten motines. Se deben, asimismo, hacer controles obligatorios diarios, además de repeticiones a distintas horas, sin previo aviso, para detectar cualquer posible ingreso de armas de fuego, objetos punzantes o drogas.
Cuando se detiene a personas de forma preventiva, mientras se investiga su participación en hechos delictuales se las debe internar en recintos separados de los presos que ya están cumpliendo condenas. Por ningún motivo se los debe alojar en recintos comunes para todos. En caso de que los delitos sean considerados muy graves, tanto los presos internados en forma preventiva o presos condenados deben estar incomunicados del resto de presos.
Estimado lector. Lo que usted lee en esta entrada puede ser inaplicable, sin valor para ser tomada en cuenta. Pero si se la mejora puede ser una buena herramienta que sirva para mejorar algún sistema de gobierno o la modificación de alguna ley, en algún o en más países. Tanto usted como quien escribe hemos sido víctimas o testigos de actos delictuales graves. Si usted lee las noticias periódicamente ha sido informado de muchos casos injustos, de delincuentes que cometen graves delitos y campan a sus anchas por todas partes, sin que las víctimas los puedan detectar e impedir ser agredidas. Hagamos algo en contra de eso. protejámonos ante estos peligros. Gracias, de antemano, por comentarios y propuestas de mejora para esta modesta proposición.
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¿QUÉ ES LEY? CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN
RAMAS DEL DERECHO: CONCEPTO Y DIVISIÓN
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